Hace poco me topé con un vídeo hecho por un tal Oliver Ibáñez (que tiene un canal de Youtube de “conspiraciones”) que ha acumulado más de 2 millones de visitas en Facebook. El título del vídeo es “La Tierra plana en 10 minutos” y, en él, da una serie de argumentos con los que defiende que nuestro planeta es en realidad un disco plano y no una esfera o globo “como nos han hecho creer”. Y, por supuesto, todos los argumentos en los que se sostiene su hipótesis son mentiras (intencionadas o no) o verdades contadas a medias.
El vídeo ya lleva un par de meses circulando, así que poco se puede hacer para contrarrestar la difusión que ha tenido pero, al menos, tendréis un artículo al que recurrir cuando ese amigo de Facebook utilice estos mismos argumentos el día que le dé por anunciar a los cuatro vientos que ha llegado a la conclusión de que la Tierra es plana. Y, de paso, esta entrada también servirá para ver cómo, irónicamente, estos autoproclamados “portadores de la verdad” mienten y distorsionan la información para convencer al público de que sus ideas merecen alguna credibilidad.
Dicho esto, podemos empezar a desmontar los argumentos del vídeo.
1. [minuto 00:04] La Tierra debe ser plana porque, por mucho que te eleves, nunca llegas a ver la curvatura del planeta.
VEREDICTO: Incorrecto.
Las siguientes imágenes fueron grabadas desde la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), que da vueltas alrededor de la Tierra a una altura de unos 400 km. Como podéis ver, la curvatura del horizonte se aprecia a la perfección (igual que en cualquier otro vídeo grabado desde el espacio, vaya).
Y eso por no hablar de la gran cantidad de fotos tomadas en el espacio en las que se puede ver la curvatura de la Tierra con total claridad.
¡Sí, venga, POR FAVOR! ¡Todo el mundo sabe que los satélites no existen y que esas imágenes están hechas por ordenador para mantenernos engañados! Lo que el vídeo quiere decir es que no hay fotos en las que se aprecie la curvatura del planeta desde un altura a la que pueda acceder la gente normal, como por ejemplo desde un avión.
En primer lugar, voz cursiva, es absurdo proclamar que los satélites no existen en cuanto ves fotos hechas desde el espacio que contradicen tus argumentos. Es obvio que hay satélites dando vueltas alrededor de la Tierra porque, de lo contrario, nuestros móviles no tendrían GPS, no habría televisión por satélite (capaz de transmitir señales entre caras opuestas del planeta) y no existirían los modelos meteorológicos que nos permiten predecir el tiempo con precisión, por citar algunos ejemplos.
De hecho, estás sugiriendo que los centenares de miles de personas que tienen trabajos relacionados con estos ámbitos están compinchadas para ocultar “la verdad”. Entre ese gran grupo de gente de todos los países habría tanto cargos públicos como privados, desde las empresas que fabrican la electrónica necesaria para construir y mantener la infraestructura hasta los profesores de las carreras de telecomunicaciones. En otras palabras: habría tantos conspiradores tan mezclados entre la población que el secreto no tardaría en salir a la luz (y más aún si realmente hubiera pruebas irrefutables de que la Tierra es plana).
Si estas pruebas indirectas de la existencia de los satélites no te convencen, deberías saber que a menudo se puede ver cómo cruzan el cielo e incluso hay páginas web que marcan su trayectoria en directo para que puedas verlos con tus propios ojos cuando pasan por tu localización. A simple vista sólo verás unos puntos brillantes, por supuesto, pero también hay gente que se dedica a sacarles fotos a través de sus telescopios, consiguiendo imágenes como esta de la vieja estación espacial MIR con el transbordador Atlantis acoplado:
(Fuente)
Dicho esto, es verdad que el ser humano medio lo tiene difícil para apreciar la curvatura del horizonte con sus propios ojos, ya que la altura máxima a la que llegará a lo largo de su vida rondará los 10 km (la que suelen alcanzar los vuelos comerciales). Esta cifra ronda el límite de altura al que se puede empezar a apreciar la curvatura del horizonte, así que el efecto puede ser difícil de apreciar a menos que el cielo esté completamente despejado.
En cualquier caso, si la persona media lo tiene difícil para ver la curvatura del horizonte no es culpa de una conspiración mundial, sino de una simple limitación física: la mayor parte de la gente no tiene acceso a las alturas necesarias para ver la curvatura de la Tierra con claridad, ya sea por las limitaciones mecánicas de los aviones de pasajeros (la atmósfera es menos densa cuanto más subes y, por tanto, pierden sustentación) u, obviamente, por el coste que supone salir al espacio.
¡Bah! Si no puedo ver con mis propios ojos la curvatura del horizonte desde un avión, no hay manera de que me convenzas de que la Tierra no es plana.
Espera, voz cursiva, que creo hay un detalle muy importante que no te has planteado. Hay que recordar que, al ser una esfera, nuestro planeta no sólo se curva a nuestros lados, sino también por delante y detrás de nosotros, así que hay otra manera de notar la curvatura de la Tierra que nos lleva a la siguiente afirmación del vídeo.
2. [minuto 00:57] Hay lugares desde los que se pueden ver objetos muy lejanos que no serían visibles si la Tierra fuera redonda, porque estarían ocultos tras el horizonte.
VEREDICTO: Media verdad manipulada.
En efecto, el horizonte no es más que la distancia a partir de la cual la curvatura de la Tierra nos impide ver lo que hay tras ella (como explicaba con más detalle en esta otra entrada). Por tanto, los objetos lejanos que se encuentran más allá de él quedan escondidos de nuestra vista por la masa de nuestro propio planeta.
Pero, en ocasiones muy concretas, los objetos que están escondidos tras la curvatura del planeta se pueden ver por encima del horizonte porque, por suerte, la Tierra está rodeada de una capa de gas. Y, si habéis visto los efectos ópticos que se producen sobre la carretera los días calurosos, sabréis que el aire es capaz de refractar la luz y hacer que nos parezca que hay cosas donde no las hay.
Esto es precisamente lo que ocurre en el caso que se menciona en el vídeo: normalmente no se puede ver el perfil de Chicago desde la otra orilla del lago Michigan porque la ciudad queda escondida tras la curvatura de la Tierra pero, a veces, si se dan las condiciones necesarias, el aire refracta la luz en un ángulo que permite que la imagen de la ciudad pase por encima de la curva del planeta (en este enlace tenéis un análisis mucho más detallado de la cuestión).
En realidad, en el timelapse original que se menciona en el vídeo se puede ver claramente que la presencia del perfil de la ciudad sobre el horizonte es un efecto atmosférico porque, además de la continua distorsión que sufren los edificios, las luces que hay a los lados del centro de la ciudad empiezan aparecen y desaparecen.
De todos modos, es curioso que el autor del vídeo mencione que la curvatura de la Tierra debería esconder de nuestra vista objetos lejanos porque, en condiciones normales, eso es justamente lo que ocurre. Es más: la curvatura de la Tierra tapará parte de la base de cualquier objeto que asome por encima del horizonte de modo que, desde la lejanía, ese objeto se verá más bajo de lo que realmente es.
De hecho, este efecto se puede comprobar en cualquier foto que esté tomada desde el nivel del mar y en la que se puedan ver objetos de una altura conocida asomando por encima del horizonte.
Por ejemplo, en la siguiente imagen podéis ver Es Vedrà y Es Vedranell, dos islotes que se encuentran en la costa oeste de la isla de Ibiza, fotografiados desde unos 22 km de distancia, en la isla de Formentera. Como conocemos las alturas reales de los islotes (382 y 128 metros) y su altura en la imagen (28 y 8 píxeles), podemos utilizar la diferencia que hay entre ellas en los dos casos (254 metros y 20 píxeles) para encontrar la relación entre el tamaño de las cosas en la imagen y la vida real (cada píxel equivale a 12,7 metros).
Sabiendo esto, se puede calcular que, desde el lugar en el que se tomó la imagen, Es Vedrà asoma 355,6 metros por encima del horizonte y Es Vedranell lo hace 101,6 metros.
(Imagen original)
Y esto es curioso porque sabemos que la altura real de Es Vedrà es de 382 metros y Es Vedranell mide unos 128, así que los dos islotes aparecen 27 metros más bajos que en la realidad. La causa de esta discrepancia es que el punto desde el que se ha sacado la foto está lo suficientemente lejos de los islotes como para que la curvatura de la Tierra tape parte de su base.
Si queréis ver un caso aún más exagerado, en este enlace tenéis otra foto en la que sólo la cima del monte Rainier, en Canadá, de 4.392 metros, se ve por encima del mar tras el horizonte.
Por sí solo, este fenómeno tan simple destruye por completo la retórica de los terraplanistas, ya que sobre una Tierra plana sería imposible que parte de un objeto quedara oculta tras el horizonte. Y lo mejor es que no tenéis por qué fiaros de la palabra de nadie, porque vosotros mismos podéis comprobar el fenómeno en una foto.
Enfrentados a evidencias de esta magnitud en su contra, a los defensores de esta idea no les queda más remedio que sacarse alternativas de la manga, como la siguiente afirmación del vídeo.
3. [minuto 01:36] El agua de los océanos no podría estar nivelada sobre una Tierra esférica que estuviera rotando.
VEREDICTO: Incorrecto.
Un volumen de agua queda nivelado cuando todas sus moléculas ocupan el estado en el que tienen la mínima energía potencial gravitatoria posible o, por decirlo de otra manera, cuando todas están lo más cerca posible del centro de la Tierra. En un vaso de agua o una piscina, la superficie del agua parece “plana y horizontal” porque, a una escala tan pequeña, la curvatura de la superficie de la Tierra es imperceptible. Pero la superficie de un gran lago o el océano sí que está curvada, precisamente porque la superficie del agua no tiende a quedarse “plana y horizontal” en cualquier situación, sino a adaptar su forma al campo gravitatorio que actúa sobre ella.
Por otro lado, el vídeo parece sugerir que los océanos nunca podrían estar “nivelados” porque la rotación del planeta agitaría el agua. Aprovechemos el siguiente apartado para desmentir esto también.
4. [minuto 02:21] Si la Tierra realmente rotara, los aviones tardarían tiempos distintos en llegar a su destino dependiendo de si se movieran a favor o en contra de la rotación del planeta.
VEREDICTO: Muy incorrecto.
Ilustremos el absurdo con un ejemplo.
Si estás de pie en el pasillo de un tren que se mueve a 300 km/h y das un salto, no sales disparado hacia atrás en cuanto tus pies se despegan del suelo. En su lugar, como podéis imaginar, vuelves a aterrizar sobre el mismo punto del vagón.
¿Y cómo puede ser, si el vagón se está moviendo a 300 km/h?
Pues porque los pasajeros que van a bordo del tren también se están moviendo a 300 km/h junto con él. Por tanto, aunque desde tu punto de vista te parezca que das un salto vertical normal y corriente porque despegas y caes sobre el mismo punto del vagón, durante el rato que has estado en el aire te estabas moviendo respecto a la superficie de la Tierra, describiendo una parábola a la misma velocidad que el tren. En otras palabras: caes sobre el mismo punto del vagón, pero en un lugar diferente de la superficie del planeta.
Este fenómeno es posible gracias al movimiento relativo: te parece que el interior del tren está quieto porque todo lo que hay en él se mueve a su misma velocidad pero, en realidad, te estás moviendo a 300 km/h respecto a la superficie terrestre.
Sigamos con el ejemplo del tren.
Ahora supongamos que nos colocamos en un extremo del pasillo del tren y empezamos a caminar hacia el extremo opuesto. Si pensáramos como el bueno de Oliver diríamos “si camino en la dirección que se mueve el tren, llegaré mucho más rápido porque el movimiento del tren me impulsará“. Y, por supuesto, ese no es el caso: sí, claro, el tren te está moviendo en la dirección del otro extremo del pasillo, al mismo tiempo, también lo está alejando de ti a la misma velocidad.
Por tanto, como el suelo sobre el que caminas se mueve a la misma velocidad a lo largo del todo el camino, no vas a cruzar el vagón antes por moverte en una dirección o en otra. De hecho, esta misma regla es el motivo por el que viajar hacia el este o el oeste no hará que llegues antes a tu destino: estás moviéndote por el espacio por el simple hecho de estar sobre la superficie del planeta pero, aunque te muevas en la misma dirección en la que rota la Tierra, vale, la misma rotación alejará tu punto de destino de ti tanto como te acerca a ti a él. Y lo mismo ocurre si te mueves en dirección contraria a la rotación, claro.
Ya veo a dónde quieres llegar, pero me temo que no tiene razón. En el vídeo se habla de aviones. Como sabrás, los aviones no tocan el suelo mientras vuelan, así que el movimiento de la superficie no les afecta.
Pues no es así, voz cursiva: los aviones no se mueven a través del vacío, sino que se “apoyan” sobre el aire de la atmósfera para sustentarse durante el vuelo. A su vez, la atmósfera también da vueltas alrededor de la Tierra a la velocidad a la que lo hace la superficie sobre la que se encuentra (si esto no fuera así, las consecuencias serían catastróficas, como comentaba en esta otra entrada). Por tanto, por mucho que un avión se empeñe en desplazarse hacia el oeste, la atmósfera que está atravesando lo arrastrará hacia en dirección contraria durante todo el trayecto igual que lo haría el suelo del vagón en el ejemplo del tren, de modo que viajar en esa dirección no hace que llegues más rápido a tu destino.
Y, por supuesto, el movimiento relativo también es la causa de que la rotación del planeta no perturbe el agua de los océanos: el agua se mueve a la misma velocidad que la superficie del planeta así que, desde el punto de vista de los océanos, el fondo oceánico está quieto.
Pero sigamos con lo nuestro.
5. [minuto 02:42] La estrella polar ha estado siempre fija en el polo norte y las constelaciones no han variado lo más mínimo a lo largo de la historia, así que la Tierra no se puede estar moviendo entre las estrellas.
VEREDICTO: (redoble de tambores) También incorrecto.
La forma de las constelaciones sí que varía con el tiempo porque tanto la Tierra como el resto de estrellas se mueven alrededor del núcleo de la galaxia, de modo que su posición relativa está en constante cambio. El resultado es el llamado movimiento propio de las estrellas o, lo que es lo mismo, los cambios de posición que sufren respecto al resto del firmamento.
El problema para nosotros, simples mortales, es que las estrellas están extremadamente lejos y, en proporción a la distancia que nos separa de ellas, el sistema solar se mueve despacio (aunque no va precisamente lento, como comentaba en esta otra entrada). Como resultado, es muy difícil notar el movimiento de la gran mayoría de las estrellas a simple vista a lo largo de una vida humana.
Por suerte, algunos cuerpos como la estrella de Barnard se encuentran lo suficientemente cerca de nosotros como para que su movimiento propio sea aparente: esta estrella recorre en el cielo un ángulo equivalente al tamaño de la Luna llena cada 180 años así que, si tiene suficiente interés, una persona puede fijarse en la posición de esta estrella durante muchos años y distinguir su cambio de posición en el cielo.
El movimiento de la estrella de Barnard a lo largo del tiempo. (Fuente)
Que la posición entre las estrellas va cambiando lentamente no es nada nuevo. Por ejemplo, Edmond Halley ya había notado este fenómeno hace 300 años cuando estudiaba mapas estelares griegos de 1.600 años de antigüedad y notó que algunas de las estrellas que aparecían ya no se encontraban en la misma posición que en la época en la que se dibujaron.
Por supuesto, la mayor parte de las estrellas no tienen un movimiento tan obvio, de modo que sus cambios de posición a lo largo de los años sólo se vuelven obvios si se miran a través de un telescopio. Si os interesa, aquí tenéis un artículo en el que se analiza el lento movimiento de las estrellas y, en base a él, se simula el aspecto que tuvieron las constelaciones hace miles de años y el que tendrán en un futuro igual de lejano.
Como dato adicional, la distribución de las constelaciones sobre nuestras cabezas también va cambiando con el tiempo debido al movimiento de precesión de nuestro planeta. Durante este ciclo, que dura 26.000 años, el eje de rotación inclinado de la Tierra completa una vuelta alrededor del eje vertical imaginario. Como cuesta un poco visualizarlo a partir de unas cuantas palabras, en el siguiente vídeo podéis ver este movimiento a partir del minuto 0:40.
Como resultado, la estrella que ocupa la posición de estrella polar (aquella que se encuentra alineada con el eje de rotación) va cambiando con el tiempo. Este curioso fenómeno ha quedado registrado a lo largo de la historia: en el año 3.000 a.C. la estrella polar era Thuban y, en el 320 a.C., en el polo norte celeste no había ninguna estrella. La gente no empezó a buscar el norte usando Polaris, la estrella polar actual, hasta el siglo XVI.
Dicho esto, una Tierra plana tampoco puede explicar la existencia de dos polos celestes (el norte y el sur). A causa de la rotación de nuestro planeta, las estrellas dan vueltas alrededor de los polos celestes durante la noche, dando como resultado las típicas fotos de larga exposición en las que las estrellas marcan un camino circular alrededor de la estrella polar (en el hemisferio norte) o alrededor de un punto vacío del cielo (en el hemisferio sur). En las zonas ecuatoriales, donde los polos celestes quedan fuera de la vista, las estrellas simplemente pasan por encima de tu cabeza de un lado a otro del cielo.
En el siguiente vídeo tenéis precisamente eso: un timelapse tomado desde el polo norte, otro cerca del ecuador y un tercero desde el polo sur.
Por supuesto, este vídeo no es la única prueba existente de que hay dos polos celestes: si a los terraplanistas les da pereza viajar a otro hemisferio del planeta para comprobar de primera mano cómo cambia el cielo nocturno entre ellos, hay miles de fotos hechas por fotógrafos aficionados desde todas las partes del mundo en las que se pueden ver los dos polos claramente distintos del cielo.
¿Cómo podría existir un polo sur terrestre sobre una Tierra plana? Los que defienden esta idea no pueden explicarlo pero, en vez de asumir que su hipótesis no se ajusta a la realidad y, por tanto, es incorrecta, prefieren seguir agarrándose a las falsedades que les permiten vivir en su mundo imaginario, como la siguiente.
6. [minuto 03:27] Ningún experimento ha demostrado jamás que un objeto masivo atraiga a otro más ligero a través de la gravedad.
VEREDICTO: Mentirísima.
Creo que con este argumento intenta decir que la gravedad, el gran enemigo de la Tierra plana (como comentaba en esta otra entrada), no existe.
No sólo existen experimentos que demuestran precisamente que las masas se atraen a través de su atracción gravitatoria, sino que además son bastante viejos: el primero lo diseñó Henry Cavendish en el siglo XVIII, que construyó un montaje en el que la atracción gravitatoria provocada dos bolas grandes de acero sobre otras dos más pequeñas le permitió calcular la constante de gravitación universal. Es un experimento muy simple que podéis ver en este vídeo:
De hecho, no hace falta equipamiento profesional para hacer el experimento y comprobar el resultado con vuestros propios ojos. Por ejemplo, la chica de este otro vídeo consigue aproximar la constante de gravitación universal con una precisión más que razonable en su propia casa utilizando una cuerda, dos bolas de acero pequeñas y dos bolas de bolos. O sea, que no sólo se ha observado el efecto de la gravedad entre dos cuerpos, sino que lo podría comprobar por sí mismo el autor del vídeo en su casa, si su objetivo realmente fuera sacar a luz “la verdad”.
7. [minuto 03:42] El agua de los océanos debería salir disparada al espacio mientras la Tierra rota porque “en el mundo real” el agua no se queda “pegada” a la superficie de los objetos que giran.
VEREDICTO: Incorrecto.
Los objetos a los que estás acostumbrado “en la vida real” (como la pelota de tenis del vídeo) no tienen un campo gravitatorio lo suficientemente intenso para atraer el agua a su superficie. Lo que hay que leer…
8. [minuto 04:10] Las fotos que nos enseñan las agencias espaciales son composiciones hechas por ordenador.
VEREDICTO: Pues va a ser que no.
En primer lugar menciona que el ser humano nunca pisó la Luna durante la misión Apollo 11. Noticia: no hay una, sino 6 misiones que han llegado a la superficie lunar con éxito, como conté en su momento en este otro artículo.
Luego procede a enseñar una imagen de la Tierra de 2002 (imagen original en alta resolución) y argumenta que los grupos de nubes idénticos que aparecen han sido clonados con Photoshop.
¡Ya está! ¡CAZADOS, CONSPIRADORES DE LA NASA!
Pues no, voz cursiva, siento decirte que esto no es Photoshop, porque esa imagen del planeta no es una sola foto, sino una composición de muchas tomas en alta resolución sacadas durante 2001. Por tanto, esos grupos de nubes se ven iguales porque fueron fotografiados más de una vez por los satélites en diferentes momentos. De hecho, es muy obvio porque todos los grupos de nubes iguales están separados de la misma manera entre las dos posiciones.
Después enseña otro vídeo en el que aparecen unas auroras boreales sobre el polo norte de Júpiter y dice que se trata claramente de una animación… Y lo es. Pero es que en la propia descripción del vídeo original que colgó la NASA se dice que es una animación hecha para ilustrar el comportamiento de la aurora mientras Júpiter rota.
No lo deja muy claro, pero el vídeo también parece intentar sugerir que las fotos de los planetas del sistema solar son falsas. Pero, por supuesto, cualquier persona puede observar estos mismos objetos a través de un telescopio medianamente decente, sin el filtro de ningún ordenador de por medio, y comprobar que los planetas sí existen. Y, como repetiré en un momento, ni siquiera hace falta mirarlos a través de un telescopio para comprobar que están ahí, porque internet está lleno de fotos de los planetas tomadas por astrofotógrafos aficionados.
En cuanto a estas fotos de la Tierra que se muestran en el vídeo y en las que, según él, los continentes han sido editados porque tienen tamaños muy diferentes entre un año y otro, la explicación es muy sencilla: las fotos fueron tomadas por cámaras diferentes y a distancias distintas, de modo que los continentes aparecen distorsionados en diferente medida. En este enlace de Metabunk podéis ver un montón de imágenes de un globo terráqueo tomadas con diferentes lentes y a distintas distancias que replican perfectamente este efecto.
Y hablando de cámaras, vamos con el último y más ridículo de los argumentos del vídeo.
9. [09:31] Las estrellas y los planetas no existen, son en realidad luminarias que cambian de forma y de color.
Y a continuación intenta colar un vídeo en el que salen unas luces desenfocadas, como en este caso en el que se supone que compara las imágenes de la NASA con lo que se ve “en realidad”:
RESULTADO: Incorrecto elevado al cubo.
Las cosas que presenta el vídeo no son más que eso: luces desenfocadas.
Si el autor del vídeo está utilizando este argumento porque no tiene un telescopio propio para comprobar por sí mismo lo absurdo que es, se lo puede pedir a un conocido o acudir a alguna de las quedadas que hacen a menudo las agrupaciones astronómicas para observar el cielo. Y, si no, siempre puede recurrir a buscar las miles de fotos que los aficionados a la astrofotografía cuelgan en internet y en las que se puede ver claramente la forma de los planetas.
Vale, vale, creo que ya veo por dónde van los tiros de este vídeo. Pero, oye, creo que se te ha ido un poco de las manos la entrada.
Ahí tienes razón, voz cursiva. Resumo.
En el vídeo se dicen muchas más barbaridades, pero creo que las que he tratado dan una idea de por dónde fallan los argumentos a favor de una Tierra plana (aunque, si os parece que debería hablar de ellos, lo haré en otra entrada). Por ejemplo, sabiendo todo esto, ¿es más probable que la Tierra sea una esfera que da vueltas alrededor del sol y que los eclipses ocurren porque la Luna se interpone entre nuestra estrella y nosotros o que la alternativa que propone el vídeo de la Tierra plana (que existen unos orbes oscuros que nadie ha visto nunca y que giran alrededor de nosotros junto con el resto del firmamento, tapando el sol de vez en cuando) esté basada en información manipulada?
En fin, defensores de la Tierra plana, está muy bien que vuestra intención sea encontrar “la verdad”, pero hace mucho tiempo que la conocemos. No hay nada que debatir: la Tierra no es plana porque es una idea que no se ajusta a la realidad, por muchos malabares argumentales que hagan ciertos individuos, así que no queda más remedio que aceptarlo. Y me sabe mal que unos cuantos charlatanes estén intentando convencer a su audiencia de que estas ideas tienen alguna validez, porque se están consiguiendo que se pierdan cómo la verdadera astronomía, la que basa sus conclusiones en la observación y no en ideas preconcebidas, desvela nuevos misterios del universo año tras año.